ROMA. Caravaggio 2025
Prima parte
Llegamos a Roma en tren, a la Estación de Termini. Vamos al barroco palacio Barberini donde se encuentra la Galleria Nazionale d’Arte Antica. En este palacio se ha inaugurado la exposición Caravaggio 2025 que va a durar hasta el 6 de julio.
Los comisarios de la exposición son la directora de la Galería Borghese, Francesca Cappelletti; la historiadora Maria Cristina Terzaghi y Thomas Clement Salomon, director de la galería Nacional de Arte Antiguo del palacio Barberini.
La muestra tiene sus predecesoras en la de Roma de 2010 y la de Milán de 2017. La actual trata de reunir 24 obras que proceden de colecciones públicas y privadas, españolas, italianas y del mundo entero.
Se pueden ver obras magníficas como el Baco adolescente, Mondafrutto, Santa Catalina de Alejandría, Marta y Magdalena, Judit decapitando a Holofernes, Jugadores de cartas, Éxtasis de San Francisco, San Juan Bautista en el desierto, Captura de Cristo, Ecce Homo, las dos versiones del retrato de Maffeo Barberini (futuro papa Urbano VIII), El martirio de Santa Úrsula (1610).
Se estructura la exposición en cuatro secciones que repasan las etapas creativas del Caravaggio, desde que llegó a Roma (1595), pasando por sus estancias en Nápoles, Sicilia, Malta. Quince años de intensa trayectoria que falleció en el viaje de regreso a Roma, parece ser en Porto Ercole.
La vida aventurera de Caravaggio le hizo huir de Roma cuando mató en 1606 al proxeneta con el que la cortesana Fillide Melandroni tenía relación. Esta cortesana aparece retratada en algún cuadro del artista.
Al salir del palacio Barberini, por la via del Tritone a la izquierda nos dirigimos al centro histórico de Roma, donde en otros Museos, Palacios-museo e iglesias de visita gratuita se hallan otras obras de Caravaggio. En Sant’Agostino, Santa Maria del Popolo, San Luigi dei Francesi. En la Galería Doria Pamphilj, en los Museos Vaticanos, en los Museos Capitolinos.
En un mural de la Villa Ludovisi se representan Júpiter, Neptuno y Plutón (pintura de 1597). Y en la Galería Borghese habitualmente están las pinturas de Caravaggio David vencedor de Goliat, Virgen de los Palafreneros, San Juan Bautista en el desierto.
Seconda parte
La película italo-francesa “L’ombra di Caravaggio”, de 2022, dirigida por Michele Placido, es de gran verismo. Recrea la vida apasionante y rebelde del pintor Caravaggio (interpretado por Riccardo Scamarcio), de familia lombarda. La Iglesia católica decide investigar mediante un agente (L’Ombra, interpretado por Louis Garrel) la vida de Caravaggio en parte porque el pintor no sigue los cánones estéticos del Concilio de Trento para la pintura religiosa y sobre todo porque el pintor ha asesinado a un hombre. El papa Pablo V sopesa si conceder clemencia al pintor y no sabe si librarle de la pena de muerte, pues a la vez el papa se entera de que el artista utilizó prostitutas, golfos, mendigos, ladrones y vagabundos en sus pinturas sacras.
La misión del misterioso investigador consistirá en hablar con quienes le conocieron para ayudar a decidir al papa. Por eso visitará a Constanza Colonna (Isabelle Huppert), una aristócrata protectora del artista, a la discípula del pintor Artemisa Gentileschi (Lea Gavino) y a Orazio Gentileschi (Lorenzo Lavia), a los cardenales Francesco Maria del Monte (Michele Placido) y Scipione Borghese (Gianlucca Gobbi), el marqués Vincenzo Giustiniani… Todos favorecen al genio y esconden los cuadros para burlar la censura.
En la película Caravaggio está con san Felipe Neri, quien en 1550 fundó la Cofradía de la Santísima Trinidad para socorrer a los pobres, peregrinos y convalecientes sin asilo; con su protectora Constanza Sforza Colonna; con Giordano Bruno (Gianfranco Gallo), el filósofo en la cárcel esperando su condena por la Iglesia… Se muestra Caravaggio seguro de su arte “realista”, dice pintar la realidad, lo que percibía, aunque ese realismo tan “naturalista” podía llegar a ser morboso, truculento. El pintor participa del credo católico y le importa más la aprobación de su pintura por parte de los obispos y cardenales que por parte de los académicos de pintura.
Por tanto, es una película muy recomendable, que realmente contribuye a la “cultura europea”.
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| Maffeo Barberini |
Tertia parte
La Histoire de la peinture en Italie (1817) de Stendhal ofrece un sugestivo cuadro del desorden, la arbitrariedad y la amoralidad de la vida pública y privada de Italia durante el Renacimiento: un marco social que condiciona el florecimiento de la pintura y de las artes y de personajes enérgicos y violentos como Benvenutto Cellini y Michelangelo Merisi llamado “il Caravaggio” (1571-1610).
Este último, pendenciero, rebelde, pero artista de gran personalidad, volvió la espalda a los pintores académicos (escuela de Bolonia) y compuso pintura de diversa temática. Su pintura religiosa muchas veces fue rechazada por los clientes, por la Academia y por la Iglesia por considerar que las representaciones del pintor italiano eran irreverentes o antiestéticas, ya que Caravaggio tomaba en composiciones mitológicas y religiosas como modelos a gente del pueblo, los parias de los bajos fondos de Roma.
Pintó la muerte de la Virgen inspirándose en lo que había visto en un hospital romano y La conversión de san Mateo dentro de una taberna de barrio (1602).
El pintor ha sido uno de los más revolucionarios e influyentes de la historia del arte. La misma Iglesia ve eficaz en esos tiempos de enfrentamiento a la Reforma luterana que el fiel cristiano se reconozca con facilidad en esa pintura realista. Se acentuarían la piedad y la comprensión cristianas, si los episodios del Evangelio con Cristo y con la Virgen, los apóstoles, los santos etc. parecen seres no idealizados sino de humanidad directa y más próxima.
Caravaggio utilizó un término pictórico, “tenebrismo”, que hará fortuna con nuevos enfoques y contrastes en claroscuro que acentúan el dramatismo de los gestos y los volúmenes de los bodegones.
Este enfoque novedoso interesó a los artistas jóvenes de la época: a el valenciano José de Ribera, “el Españoleto”, que admiró e interpretó el naturalismo de Caravaggio; a otros pintores españoles como Ribalta, Zurbarán, Velázquez, Alonso Cano, Murillo; a los italianos Artemisa Gentileschi, Manfredi, Carraciolo, Saraceni y otros; al alemán Adam Elsheimer, al flamenco Pedro Pablo Rubens, al holandés Van Laert “il Bamboccio” y a la escuela de Utrecht (Gerard Honsthort), a Rembrandt, a los franceses Valentin de Boulogne e, indirectamente, a Georges la Tour y a los hermanos Le Nain.




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