Que hablaba solo el hombre

Escenas de “mogollón” como una carrera popular corriendo dentro de las tiendas de El Corte Inglés o dentro de un zoológico; como una operación de sabotaje en el Mobile World Congress; como una visita del papa Bonifacio en Barcelona, cuyo público es asaltado por aves y palomas; como una pelea monumental en una cárcel con motivo de la transmisión del festival de Eurovisión; como la detención de una secuestradora que se lleva aun periodista dentro de una alfombra por las Ramblas de Barcelona, atestadas de paseantes, son delirantes, bien contadas y dignas de recordar de este libro de gran inventiva narrativa de Gorka Maiztegui Zuazo (Barcelona, 1981), que añade muchas más escenas paródicas con referencia al cine, especialmente al agente James Bond.

Pero también está el trasfondo social de una Barcelona inerte, “de un lugar sin alma, o peor, con un alma postiza, un pegote”, donde la especulación urbanística de los oligarcas planea desalojar la ciudad, hasta que…

Todo cambió cuando ¡El País! publicó una detallada exclusiva que desvelaba la identidad de los siete dragones y sus intenciones respecto al mercado inmobiliario de Barcelona. En el artículo se detallaban las conexiones (…) Se trataba de una información bien contrastada y que además incluía capturas de conversaciones de WhatsApp, mails, notas manuscritas del puño y letra de cada uno de los dragones.”

 


Como contraparte, el lector encontrará unos personajes femeninos que forman parte de una organización secreta, dirigida por un ambiguo director, contra el poder de los “dragones” (reptilianos extraterrestres) inmobiliarios, a los que tratan de localizar y destruir. Curiosa y simbólicamente, los “dragones” se deshacen en algo viscoso-gaseoso cuando escuchan recitar poesía, pues son alérgicos a ella.

Natural y disparatadamente intervienen la policía, un magnate del “Banco de Santandell”, periodistas infiltrados, los políticos catalanes ahítos de juergas y prostíbulos, un deportista que es una gloria nacional y, por supuesto, “el hombre que discutía solo”:

resultaba imposible delimitar con nitidez las distintas voces que pugnaban en Marco; su tono era parecido y se solapaban continuamente. Aquel hombre inútil para el arte era, sin embargo, una fuente inagotable de matices que salpicaban de un modo infantil y violento, una radio indomable, estridente y absurda.”

  ...este protagonista, un tal Marco Tancredi, intérprete de lengua de signos, se verá metido en toda esa trama incómoda citada antes en cuyo fondo hay destellos de humanidad, con una singular historia familiar y hogareña y dos historias amorosas al menos, y con una de ellas algo que surge del corazón, algo lírico o elegíaco,incluso de una vida anterior o soñada con una de sus compañeras agentes (Milica, la croata). Hasta Marco parece curarse durante un tiempo de sus muchas personas, cada una con una voz diferente.

 

Y del mismo modo que en su novela De héroes y de santos (2020), Gorka Maiztegui da muestras de estilo o de estilos en la lengua literaria y la estructura narrativa. Por ejemplo una agente nueva de la agencia habla español y recita poesía española como en el Siglo de Oro, o el propio autor detiene el curso de la acción para dirigirse en dos capítulos, dos “recesos” de sociología literaria a la lectora: 

La lectora -son más- de verano es una titana, lo más parecido a un dios que cabe imaginar en estos tiempos modernos. Intentad visualizarla, tumbada en un sofá a fuego lento, esperando a ver qué ocurrirá con Marco, dudando de si al final habrá lío con Milica, pensando en la muerte del siguiente dragón, expectante…”

Los dos recesos, ¿cómo escribir una novela con este calor de verano? y ¿ cómo escribir algo divertido en tiempos de pandemia?, se prestan a reflexiones muy de actualidad.

En fin, la acción novelesca en los capítulos del 56 al 74 se hace ya trepidante. Así que no sólo es una novela muy divertida, sino que bajo su apariencia de caricatura oculta personajes de gran humanidad.

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